19
diciembre

Agridulce, como todos

Guillermo-Londres

Ahora resulta que si quieres resumir cómo te ha ido en el año, no tienes que ejercitar tu memoria: Facebook lo hace por ti. Pero he visto lo que ha hecho con el mío y, qué quieren que les diga, me parece por lo menos incompleto. Así que, puestos a hacer lo que Mecano describió en su insoportable canción como «un balance de lo bueno y malo», mejor yo mismo.

Y concluyo que ha sido agridulce, como todos. Como lo es la vida, y perdonen si me pongo profundo. Porque, por citar un caso cercano, podría decir perfectamente que 2012 fue un año horrible para mí, teniendo en cuenta que los mandamases del Grupo Joly, que Dios confunda, tuvieron la ocurrencia de ponerme de patitas en la calle, a mí y a un montón de compañeros tan válidos como yo o más.

Pero ese mismo año, por mencionar sólo algunos detalles, recuperé el trato con un antiguo amigo de los tiempos de la facultad (¡qué bien que la vida dé tantas vueltas, Luis!), hice un viaje extraordinario a Amsterdam, empecé a escribir este blog que tanto me gusta y la autoestima se me puso por las nubes al ver lo arropado que estuve cuando edité mi primera novela.

O sea, que no hay que sacar conclusiones precipitadas. Ni lo malo lo es tanto como para borrar lo bueno, ni al contrario. Con el tiempo llegas a la convicción de que eso que cuentan las canciones y los poemas de que la vida simplemente pasa, que es un soplo,  que es lo que te ocurre mientras estás vivo… Todo eso es cierto. Nada es absolutamente fantástico ni absolutamente terrible. Ya lo dijo el gran José Sarrias: «No pasa na, y si pasa, tampoco pasa na». A mí, francamente, no se me ocurre ningún lema mejor para afrontar la vida.

Bien podría decir que este 2013 que se larga ha sido una basura, porque estoy sin trabajo, el subsidio no da para pagar todas las facturas, el tiempo avanza y no se atisba el Curro Salvador en lontananza, me paso más tiempo de la cuenta dándole vueltas a los embrollos judiciales (a veces me da la impresión de que me voy a pasar el resto de mi vida metido en pleitos) y, muy probablemente como consecuencia de todo lo anterior, tengo unos altibajos emocionales que parezco una noria, que tan pronto estoy arriba como abajo.

Eso por no hablar de que se ha muerto gente importante en mi vida (Alfredo, Sixto…) o de que la ansiedad sigue visitándome de vez en cuando. Ya lo hacía cuando trabajaba, no es el desempleo su origen; se trata de una vieja enemiga a la que ya no sé cómo decirle que se vaya de una santa vez y me deje con todos mis otros líos, que no son pocos.

Me he puesto a escribir de vinos y a venderlos. Y contra todo pronóstico, se me está dando bien

Pero en 2013 también he conocido Évora, Zamora, Bilbao, Vitoria o Albarracín, todos ellos sitios espectaculares. Me he permitido el lujo asiático de pasar un fin de semana en un hotel de ensueño con la mujer que quiero, me he escapado con ella a Lisboa, el Alentejo portugués y Londres, en ese último caso en compañía de mis queridos Juanjo y Lali. Me he hecho community manager gracias a unos chicos muy majos que tienen un periódico requetelocal que es una monería, me he puesto a escribir de vinos y, no contento con eso, ahora voy y los vendo. Y contra todo pronóstico, hasta se me está dando bien.

Leo muchísima menos prensa que antes, ha crecido mi desapego hacia ella. Pero para compensar le he dado a base de bien a la literatura. A la seria (Guerra y Paz, nada menos) y a la más o menos underground (Kiko Amat, por ejemplo). Sigo incrementando mi colección de discos a un ritmo razonable y conociendo a nuevos grupos y artistas sensacionales (apunten si quieren: The Connection y Kurt Baker). Continúo emocionándome cuando un genio saca algo nuevo de su chistera (ahora hablo de Eels, de Robyn Hitchcock y hasta de Lloyd Cole) y quedándome enganchado a la pantalla cuando dan una peli excepcional, como me sucedió este lunes con Ciudad de Dios. La había visto ya dos veces, pero eso no importa.

Me apunté a eso del Facebook, un patio de vecinos gracias al cual me entero a diario de cosas tan trascendentes como a qué hora se acuestan unos o qué cenan otros. Allí cuelgo la música que me entusiasma y las entradas de mis blogs. Es posible que haya mucho de narcisismo detrás de ese invento, pero tampoco me lo quiero plantear demasiado: me distrae y santas pascuas.

Le gané un juicio a un policía local que me denunció por publicar que lo habían detenido en relación con un alijo de hachís. Ha recurrido, pero el primer asalto me lo he llevado con claridad. Y hablando de asaltos, en el gimnasio están pensando en prohibirme utilizar la mano izquierda para pelear. Es letal, argumentan.

Tengo más conocidos en la hostelería que en la banca. Lo contrario me preocuparía

Este año también me he reencontrado con un viejo compinche, nada menos que Pep, compañero de piso en años salvajes e inolvidables. Y he salido mucho, me he reído una barbaridad con amigos de verdad (algunos de ellos también lo son del Facebook) y todavía, a estas alturas, tengo más conocidos en el gremio de la hostelería que en el de la banca. Si quieren que les diga la verdad, lo contrario me preocuparía.

Total, que se cierra un año y no sé si, elucubrando sobre el que viene, toca pensar que la próxima estación se llama esperanza, que es lo que se oye en el metro de Madrid, o si, como cantó no sé quién, la esperanza es esa puta que va vestida de verde. Qué será, será, lo que haya de ser será. Y habrá que tomárselo como venga.

Esta es mi última entrada del año. A partir de ahora, si no les importa, voy a concentrarme en otras cosillas, como dedicarle tiempo y cariño a una quinceañera (no me malinterpreten: hablo de mi hija) y hartarme de comer y beber, como haremos casi todos. Espero de corazón poder reencontrarme con amigos que también regresan, aunque desde más lejos, como David y Ana, y darles el abrazo que merecen. Y confío en divertirme y compartir risas, alegría y felicidad con mis seres queridos e incluso con mi familia. Ahora vendría el emoticono irónico, claro.

Que ustedes lo pasen bien. Y no es una frase hecha.

*El autor de estas líneas, el pasado abril, en el barrio londinense de Camden Town

Comentarios en este artículo

  1. Leyendo el resumen no parece que la cuenta salga mal del todo. Que disfrutes de las fiestas y a empezar el 14 con buen pie.

    Encarni
  2. Un año no es del todo malo si te empeñas en que no lo sea, no sé si me explico. Pasadlo bien y tened buena entrada de año. Besos.

    Guillermo Ortega
  3. Pues a mí no me ha parecido un año del todo malo. Si uno descubre que tiene una capacidad, como es el caso de vender vino(que mucho tendrá que ver con tu muy buena capacidad para escribir) pues habrá que explotarlo. Reciclarse no es cosa mala y de la vida todo se aprende. Algunas veces vienen mejores y otras peores y lo importante es que vengan, digo yo. Mientras esté uno rodeado de amigos y familia que le quieren y están ahí cuando uno los necesita, haya vino que beber, conversaciones y risas, pues todo lo demás pasa más ligero. Espero que tu año 2014 sea muy bueno. ¡Un abrazo fuerte!

    Toni
  4. En lo de capacidad de escribir me llevas ventaja, amigo. Que tu 2014 sea excelente. Un abrazo.

    Guillermo Ortega
  5. todavia hay que mojarlo aqui en Algeciras cuando tu quinceañera te deje libre, así que ya sabes da un toque y repasamos el año con unos buenos vinos, ya que sabes…
    mi mayor abrazo, hermano.

    jesus mescua
    • Tienes toda la razón, que hace ya un siglo que no nos vemos. Un abrazo fuerte, hermano.

      Guillermo Ortega
  6. Magnífica como siempre tu entrada y ya lo creo que en ciertos momentos se siente uno identificado…. Seguro que el 2014 va a ser mucho mejor

    Carmen
    • ¿Si será mejor? No se pierde nada siendo optimista. Gracias, Carmen.

      Guillermo Ortega
  7. Sin duda hay pocas cosas comparables a recuperar una antigua amistad . Espero verte pronto amigo !!!.Cuidate y sobre todo , cuidalas mucho…( ya sabes a que dos me refiero )

    Luis
    • A ver si es verdad eso de un nuevo reencuentro. En cuanto a lo de cuidarlas, veré qué puedo hacer. Haz tú lo propio con tus tres. Un abrazo fuerte.

      Guillermo Ortega
  8. ¡Vaya pinta la del tío de la foto! No me extraña, teniendo en cuenta la gente tan impresentable con la que se junta para hacer viajes por el extranjero. Mientras siga amenizándonos con sus agudas reflexiones y agridulces balances, nos daremos por satisfechos. Saludos cordiales

    johnny mentero
  9. Haces bien en utilizar el plural, porque no han sido ni uno ni dos, sino tres los viajes que he hecho al extranjero con gente impresentable. A ver si en 2014 hay un cuarto.

    Guillermo Ortega
  10. Buen witi. Tenemos que hacer ya un balance en vivo y en directo.

    David
  11. Estaremos allí entre el 1 y el 6. Avísame y quedamos también con Cerverini y el resto de la vieja banda (para tocar los temas de siempre y otros nuevos).

    Guillermo Ortega

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